Abrir
ventanas al silencio / Al filo de la noche
una
paz de gardenias / se prenderá en la vida
Signos
en la Piel, 1990. Carmen Campos.
Hay
ansiedades palpitando en el viento
anidar Paz
en la voz colectiva
el abismo se trague la palabra hiriente
Esa paz del instante cuando el deseo se escurre
como agua de verde tinajero.
el
sonido silencia como alhelí dormido
Esa paz de chicharra silente en la espesura
volcán erguido
bajo manto nevado
Mariposa aleteando en el vacío del tiempo
araña tejiendo
voluptuosa red
bajo un cielo de sol vestido de azafrán
Hay un
deseo enraizado en las venas
Una paz
de relente entre el ramaje
Paz de
semilla germinando en el surco
en la oración ardiente del mendigo
solitario en farol de aquella esquina
canta palabras de agua encadenando
auroras
Pareja
arrullada en el muro de piedra
hechizo
de unos dedos recorriendo destinos infinitos
Piel
ávida de humedades y
tactos
cabalgando
en el aire.
Aguas
profundas de los mares tranquilos
canto de sirena fluyendo entre corales
cual
cascada sobre piedras serenas
Poética divina
de paz en San Francisco
Voz profética
montada en la neblina
anunciando
la paz del nuevo humano
Paz
tenue de la
luna menguante
relente
alumbrando la negrura
badajo silente
en bronce oscuro
rayo de
luz por rendijas del postigo.
Enmantar el mundo en poesía
trascender
la voz de los poetas
es hilvanar
la paz en los caminos.
Carmen
Campos Pino
Maracay, mayo de 2015
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